Hace frío, ¿dónde estás? Calienta mis pies, no mi cabeza.
Enloquece mis noches, maldice mis ausencias. Regálame calor. Calor del de
verdad, del corporal, caliéntame. Sin miedo, a cualquier hora, no esperes mi
señal, ataca. Sé un animal, salvaje. Actúa por naturaleza, no pienses.
No prometeré nada, porque no quiero tener que reparar daños.
Sólo sé, que estaré en casa, tremendamente seductora, e increíblemente
inocente. No quiero darle tiempo a tus pensamientos, para procedimientos
convencionales, olvida los saludos, los besos tiernos y las conversaciones
tópicas, esta noche no quiero más que tu deseo de saciar.
No olvides que después, seré tan frágil que la palabra
errónea podría partirme en mil pedazos, y tú, tu no serías el mismo.
Caliéntame, queriéndome cada noche más, cada mañana, mucho más.