sábado, 23 de marzo de 2013

Se despista y gira el rumbo, se perdió en la levedad de nuestro mundo . .


Hace frío, ¿dónde estás? Calienta mis pies, no mi cabeza. Enloquece mis noches, maldice mis ausencias. Regálame calor. Calor del de verdad, del corporal, caliéntame. Sin miedo, a cualquier hora, no esperes mi señal, ataca. Sé un animal, salvaje. Actúa por naturaleza, no pienses.  

No prometeré nada, porque no quiero tener que reparar daños. Sólo sé, que estaré en casa, tremendamente seductora, e increíblemente inocente. No quiero darle tiempo a tus pensamientos, para procedimientos convencionales, olvida los saludos, los besos tiernos y las conversaciones tópicas, esta noche no quiero más que tu deseo de saciar.

No olvides que después, seré tan frágil que la palabra errónea podría partirme en mil pedazos, y tú, tu no serías el mismo. 

Caliéntame, queriéndome cada noche más, cada mañana, mucho más.