martes, 27 de agosto de 2013

Hacía frío.. y restos de olor a café. .

Al final del día, ¿qué te queda?

Aprender aprendemos día a día. Nos equivocamos constantemente, y por ello aprendemos, por tanto de algo malo, sale algo bueno. He aprendido que te das cuenta de los errores cuando ha pasado un tiempo, cuando te ves la herida o mientras observas alguna cicatriz, una lástima que ciertas cicatrices, sean invisibles a la vista. Te das cuenta que te has equivocado, cuando has actuado, por eso siempre hay que hacer aquello que deseamos, ya veremos si tenemos que arreglar algo o disfrutarlo. Ahora mismo estoy en reparaciones. .



También nos equivocamos cuando nos dejamos llevar por lo que sabemos, porque olvidamos que no lo sabemos todo, y posiblemente estamos esquivando conocer, aprender algo completamente diferente que nos haga pensar que lo hasta ahora conocido, era simplemente un paseo. Una pena que no haya nadie, ni nada, más que nuestro propio instinto, a veces contagiado por nosotros mismos, que nos diga qué hacer o hacia dónde ir. Por eso yo, me voy. 
Con un vacío en el estómago, con un nudo en la garganta, con un hilo lacrimógeno asomando en mis ojos, con las manos en los bolsillos y la sonrisa escondida en una de tus caricias. Con el recuerdo como cuchillo y el deseo como anhelo. 

Me voy, porque necesito huir. Porque siempre huyo, hasta cuando me huyen. 


Me fui.