Aprender aprendemos día a día. Nos equivocamos
constantemente, y por ello aprendemos, por tanto de algo malo, sale algo bueno.
He aprendido que te das cuenta de los errores cuando ha pasado un tiempo,
cuando te ves la herida o mientras observas alguna cicatriz, una lástima que
ciertas cicatrices, sean invisibles a la vista. Te das cuenta que te has
equivocado, cuando has actuado, por eso siempre hay que hacer aquello que
deseamos, ya veremos si tenemos que arreglar algo o disfrutarlo. Ahora mismo
estoy en reparaciones. .
También nos equivocamos cuando nos dejamos llevar por lo que
sabemos, porque olvidamos que no lo sabemos todo, y posiblemente estamos
esquivando conocer, aprender algo completamente diferente que nos haga pensar
que lo hasta ahora conocido, era simplemente un paseo. Una pena que no haya
nadie, ni nada, más que nuestro propio instinto, a veces contagiado por
nosotros mismos, que nos diga qué hacer o hacia dónde ir. Por eso yo, me voy.
Con un vacío en el estómago, con un nudo en la garganta, con un hilo lacrimógeno asomando en mis ojos, con las manos en los bolsillos y la sonrisa escondida en una de tus caricias. Con el recuerdo como cuchillo y el deseo como anhelo.
Me voy, porque necesito huir. Porque siempre huyo, hasta cuando me huyen.
Me fui.