lunes, 3 de junio de 2013

Acaricias con los dedos, la esperanza muerta ..

Casi sin pensarlo, esta vez ha ocurrido sin aviso. Todo, desde el principio hasta el fin, el temido final. Fue contra ti misma, contra todas tus hipótesis, contra todos tus miedos y temores, se los llevó de un plumazo, para sin avisar, colocar un fino manto de nuevos temores, de nuevas dudas, de nuevos sueños e ilusiones que se irían con su suave caída de pestañas, se los llevaría como una brisa dulce una tarde de agosto, se lo llevaría consigo, para él o quién sabe para quien.

Y ahora que te sientas a pensar como no sentirte, recuerdas las infinitas promesas, las palabras que tanto asco te daban porque algo dentro de ti, te decían que no eran verdad, pero tú, te las creías, lo hacía tan bien. Y tú, tenías tanto miedo. Fuiste haciéndote pequeña, y eso fue lo peor de todo.

Cuando se fue, sin avisar, no sentiste nada, lo llevabas esperando tanto tiempo, lo increíble era que hubiese tardado tanto. Pero dentro de ti suplicabas por un intento más. Por que algo de ti se despertará bajo su piel, en lo profundo de sus sentimientos, por que un aroma un día cualquiera te llevase a su mente y entonces apareciera de nuevo. .

Como siempre lo esperaste demasiado y por esa razón, te obligaste a creer, no llegó nunca, se había marchado tan sutilmente como había llegado. Y te duele. Una vez más tienes que recomponerte. Hay alguien ahí fuera que está deseando verte. .



                                     

Inevitablemente mis ojos tiemblan, se empañan y cae una de tus lágrimas. .