domingo, 28 de abril de 2013

Cuando brille el sol. . olvídate de mi.


Llego aquí hoy, porque he escuchado unos comentarios, que me parecen absurdos. ¿Qué nosotras somos obtusas en cuanto al sexo? Pero por favor, estamos en el 2013, ¿de qué caverna han salido esos pensamientos?

Sí, nosotras también hablamos de sexo. Probablemente, más tarde que vosotros, seguramente cuando tenemos cierta experiencia y podemos “comparar” situaciones, relaciones y personas. O formas de moverse, de tocarse, de hacernos llegar y de estallar.

Sí, a nosotras también nos gusta el sexo, solas y acompañadas. Y nos retorcemos con un mensaje inocente en el que nos digáis: “¿no quieres suaves mordiscos por todo el cuerpo, ni calientes besos cerca de tu cuello?” Pensándolo bien, de inocente, tiene bien poco. . También disfrutamos con eso, también nos gusta el sexo y casi con total seguridad, puede que más de lo que os pueda gustar a muchos de vosotros. No a todas de la misma manera, ni forma. Algunas más clásicas y reservadas, otras más innovadoras y al día. Unas más activas, otras más pasivas, pero a todas, al igual que a vosotros, a todas nos gusta. ¿De dónde salió la inútil idea de lo contrario?

A oscuras, con luz, a la luz del día o con velas. Explorando. A tientas. De pronto. Sin frenos. Despacio. Con tacto. Por la mañana, a media noche. En la ducha, en la escalera. .

Pero creo que en nosotras hay unos ciertos límites, entre lo que pueda ser la intimidad, el respeto, o seguramente el pudor. Una vez que todo eso está sobrepasado, o que sabemos cómo bordearlo, creedme, también hablamos de sexo.

No necesitamos una tirada nacional, explicando que tal día, a tal hora, tuvimos sexo desenfrenado.

 Malditos clichés.

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