viernes, 10 de mayo de 2013

“Que me tiemblen las piernas, que seas de esos, que nadie recomienda”.


¿Y no es algo casi fantasioso, que cuando tú llegues, yo esté dispuesta a todo contigo? No es algo imposible. Dejemos los clichés, los formalismos y disfrutemos. Seamos lascivos, pervertidos y volvámonos locos, no es tan extraño, justo lo contrario es lo anormal.

No te asustes si al llegar a casa hay un camino, hecho de ropa interior que llega hasta el salón. No te preguntes porque justo a las 14:00 hrs, casi no hay luz en casa, y no huele a comida. No cuestiones porque todo parece anormal, porque justo esto, es lo más normal del mundo.



Saltar sobre ti, comerte la boca, morderte la vida y quedarnos a ver las agujas del reloj, correr.

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