Sentir que mueres con cada palabra, que caes al vacío en
cada espera. Sentirte perdida en cada agonizante conversación. Sentir que todo
se vuelve oscuro, de repente, no hay luz. Pero tampoco estás. ¿Has estado
antes? ¿Ha sido solo una ilusión? ¿Fue verdad?
Estuviste una vez, ¿con eso es suficiente? Me siento como
una ligera pluma entre la suave brisa, buscando tu aliento, buscando un ápice
de tu cariño, un momento real. Una ráfaga de comprensión. Me he sentido suspendida muchas veces, pero
ahora, ahora es tan diferente. Me siento pegada a ti, pero en el vacío.
Caminando
en equilibrio sobre la cornisa de mis sensaciones, dubitativa. No sé dónde
dejarme caer, no sé donde hacerlo si no estás tú. Eras tan suave, olías tan
dulce, sabías tan gloriosamente bien. Tu tacto, solo de pensarlo, resbala sobre
mis mejillas uno de tus besos. ¿Qué ha pasado? ¿Cuándo alguien se vuelve tan
vengativo? ¿Cuándo deja de vengarse? ¿Quién te hizo tanto daño?
Siento que desvanezco, siento que caigo, ya no veo nada,
solo siento como la fría brisa seca mis lágrimas sobre mis mejillas y se las
lleva con ella. Me has traído de nuevo todos mis fantasmas, yo no puedo con
ellos, siempre me han ganado y ahora, no sé qué diablos hacer. Sólo quiero
hundir mi cabeza en tus brazos, sentir tus palabras, perderme contigo. Pero
estoy cayendo, no creo que sienta el golpe, no creo que duela más, que tus
palabras, tan hirientes, tan verdaderas, tan jodidamente desgraciadas.
Solo quería decirte, buenos días amor. Y el día se torció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario